La leyenda de Santa Marta

El triunfo del bien sobre el mal

Marta de Betania, hermana de María Magdalena y de Lázaro recibió en casa a Jesús en al menos 3 ocasiones según el Nuevo Testamento. Cuando comienza la persecución a los seguidores de Cristo son capturados por los romanos y junto a otro cristiano llamado Maximino son embarcados en un bote sin remos ni velas con la intención de que mueran en altamar. Sin embargo, gracias a los designios de Dios, llegan a las costas de Marsella (Francia) donde comienzan un proceso de evangelización y finalmente Lázaro se ternmina convirtiendo en Obispo. Continúan su camino y Magdalena se convierte en ermitaña y Maximino y Marta se quedan en Provenza. Maximino se convierte en Obispo y Marta funda un convento.

Cerca de donde viven hay una región entre Arlés y Avignon que es atemorizada por una horrible criatura, mitad pez y mitad animal, más grande que un buey, con seis patas, carapazón con pinchos y cola con aguijón. Esta criatura atemorizaba a la población y destruía los campos y se comía el ganado. De vez en cuando se llevaba a una persona y sembraba el caos de manera que los ciudadanos vivían un terrible día a día.

Pronto, los ciudadanos de Tarascón, el pueblo afectado por la temida criatura, escucharon historias sobre las milagrosas personas que habían llegado a Provenza (Marta y sus acompañantes) y van al Obispo a solicitar ayuda, pidiéndole que envíen a sus milagrosos guerreros para derrotar a la horrible criatura. Marta, presente en la reunión entre los ciudadanos de Tarascón y el Obispo, se ofrece para ser ella quien ponga solución a esta desesperante situación, creando un poco de desconfianza y desánimo a los tarasconenses que no creían posible que una simple mujer desarmada facilitara una solución a su problema.

Al llegar al pueblo, Marta es consciente de que los habitantes no confían en ella pero está tranquila y pregunta donde está el monstruo. Le indican el bosque donde habita la criatura y le informan que el ejército no ha podido darle caza y que ningún hombre se atreve a entrar al bosque por miedo a morir. Marta se interna en el bosque y comienzan a escucharse ruidos y rugidos en el interior. Seguido de esto el silencio se hace aterrador y a los pocos minutos Marta sale de entre los árboles portando un crucifijo de madera y trae atado a su cinturón a la criatura amansada. De esta manera avanzó por la ciudad, glorificando el nombre del Salvador y entregando al pueblo a la criatura, aun manchada de la sangre de la última víctima.

Tras estos hechos, los habitantes de Tarascón celebraron de manera anual una festividad en honor a la victoria de Santa Marta sobre la criatura Tarasca (nombre que se le puso al ser por la ciudad que atormentaba).

Como en toda tradición y leyenda debe haber una parte de historial real, se intenta explicar que el monstruo que aterrorizaba Tarascón era un cocodrilo venido de Egipto y que estableció su guarida en la zona. Marta, que había aprendido a tratar con estas criaturas junto con personas que vivieron a orillas del Nilo ya que era originaria de la zona, consiguió domesticarlo.

Representación de Santa Marta

La leyenda

y sus variantes

Representación de Santa Marta

La leyenda de Santa Marta tiene diferentes variantes según la época y su orígen y es dificil concretar cual de ellas es la más fidedigna.

Alguna variante menciona que Marta y sus acompañantes salieron de Betania para evangelizar Francia por propia voluntad y otras que fueron expulsados por los romanos.

Otras variantes incluyen a María junto a Maximino en la zona de Provenza o la excluyen de esa parte de la historia convirtiéndola en una ermitaña que vive sola y apartada.

También hay versiones que aseguran que Marta nunca conoció a Jesús y que éste nuca había estado en Betania.

Sea como sea, esta es una de las tantas interpretaciones que hay sobre la leyenda de Santa Marta y es válida para contextualizar el origen de la figura de la Tarasca y lo que ella representa.